¿Píldoras para la belleza?

La nutricosmética llegó hace unos años a los mercados dispuesta a convertirse en el complemento perfecto a las cremas de toda la vida.

Cada vez somos más conscientes de que para tener un cuerpo sano y radiante es necesario realizar un aporte de vitaminas y minerales que no siempre se consigue a través de la alimentación habitual. 
En los últimos años, la nutricosmética ha pasado a ser del 5% al 16% del mercado de la dermofarmacia.
‘’Una alimentación adecuada es la base de la salud y la prevención de la enfermedad. Pero también es cierto que determinados nutrientes de acción favorable sobre la piel, a menudo, no alcanzan la cantidad suficiente a través de la dieta como para poder ejercer sus efectos beneficiosos. En este punto se hacen presentes los suplementos nutricionales’’, aclara Elena González Guerra, médico adjunto del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Las mujeres buscan en estas pastillas una ''aplicación'' más cómoda, mayor eficacia que la que propociona una crema y un efecto más rápido y directo, ya que se llega a la piel a través del sistema circulatorio.
El consumidor de nutricosmética puede ser cualquier persona sana que quiera mejorar su calidad de la piel, el cabello o las uñas. Los tratamientos pueden seguirse en un período puntual o de manera regular y para potenciar algunos efectos es posible combinar varios productos, sin sobrepasar nunca las dosis diarias recomendadas de cada nutriente.
Los productos preferidos son los siguientes:
-Para el rostro: se trata de productos que relajan la piel del estrés diario, aportan luminosidad a los tonos apagados, reducen las bolsas, las ojeras y otros signos del cansancio. También hay tratamientos que ayudan a combatir la pérdida de firmeza, que hidratan, purifican o redensifican y fórmulas antiacné, antimanchas, antiarrugas…
-Para el pelo: la nutricosmética para el pelo se centra en dos objetivos; frenar la caída y aumentar el volumen. Una de las marcas más conocidas de fórmulas anticaída es Innéov.
-Para el cuerpo: estas fórmulas tienen como objetivo acabar con la celulitis, tonificar las piernas y alisar el vientre. Es una de las gamas más amplias, con algunos productos especialmente formulados para los cambios del cuerpo de la mujer a partir de los 45 años y, sobre todo, cuando llega la menopausia. Los relacionados con la pérdida de peso tienen tres objetivos principales: saciar el apetito, desinflitrar y drenar los excesos de líquidos. Oenobiol y Formoline son algunas de las marcas que producen fármacos que reducen la grasa corporal.
-Para el bronceado: con ellos se logra un bronceado homogéneo, incluso con menos exposiciones al sol. También previenen las manchas y las arrugas, ayudan a reformar las defensas inmunitarias y reducen las reacciones por intolerancias solares.
Sea cual sea la función del nutricosmético, sus resultados son visibles a los tres meses de comenzar a tomarlos y definitivos a los seis. Hay algunos que se pueden ingerir de forma indefinida, pero de otros conviene descansar y utilizarlos como terapias de choque, como los comprimidos anticaída capilares.
El hecho es que se están tomando más nutricionales que de costumbre. Los principales motivos son el ritmo de vida, la obsesión por no envejecer y la información externa que nos repite continuamente que nuestra alimentación no es la más adecuada, provocándonos la necesidad de tomar algo más. Algunos productos no son tan inofensivos como parecen, y a veces confundimos el concepto de origen natural con inocuo. Las vitaminas y otras sustancias antioxidantes, aunque sean de origen natural, hay que tomarlas siempre bajo el consejo del farmaceútico o el médico que prescriba las dosis y estudie las compatibilidades con otros fármacos o suplementos nutricionales.
 Los  nutricosméticos no son medicinas y en la mayoría de los casos no presentan efectos perjudiciales, pero es necesario consultar a un experto antes de tomarlos.
Fuente: Revista Vogue Belleza nº49-50-57


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