La difusión de cánones de belleza en los medios de comunicación

El canon de belleza es el conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como atractivo o deseable. Es históricamente variable y no es común a las diferentes culturas. En la actualidad las mujeres se sienten más presionadas y se ven juzgadas por los cánones estéticos que con el tiempo son cada vez más exigentes. Nuestra sociedad se ve "invadida" por la notoria discriminación de los mismos actores sociales influenciados por la moda y los medios, afectando tanto a hombres como mujeres.
La gran influencia que tienen sobre nosotros los medios de comunicación y la revalorización de estos modelos corporales generan como consecuencia el desprecio por todo aquello que no se ajusta a los mismos, lo cual nos ha llevado a asimilar erróneamente estos cánones (medidas 90-60-90, exceso de delgadez ,cuerpos musculosos) con el éxito tanto emocional como profesional y social.


Arizona Muse
Los medios de comunicación tienen el poder de crear valores sociales y ejercer influencia en las personas porque promueven estereotipos, ofrecen modelos y definiciones de personas ideales.
Esta idealización del cuerpo a través de los medios de comunicación, tiene consecuencias negativas para los individuos que observan como sus cuerpos se diferencian de estos patrones y cómo los gustos tanto de hombres como de mujeres se encuentran tremendamente influidos por los modelos que nos ofrecen. Como consecuencia los hombres buscan a la mujer ideal que les ofrecen los medios identificándola con el éxito social y el deseo sexual, y las mujeres aspiran a convertirse en modelos de belleza para ser así deseadas por los hombres. Esta confusión entre deseo y belleza, entre éxito y apariencia conlleva numerosos problemas de frustración ante el propio cuerpo.

El culto a la belleza, especialmente a la delgadez, trae consigo un importante impacto económico que se encuentra directamente ligado a los sistemas de dominación. Está netamente relacionado con el mundo de la moda, y del consumismo, ya que las mujeres comprarán lo necesario para poder acercarse cada vez más a los patrones de perfección y belleza.

No cabe duda de que este impacto social, cultural y económico se va a ver afectado en la forma de concebir la alimentación en la sociedad, es decir, en la cultura de la alimentación. Esta forma de concebir la cultura de la alimentación nos va a llevar a comprender el surgimiento de trastornos de alimentación y cómo es que estos operan en nuestra sociedad.


Candice Swanepoel     










Desde siempre las personas se han preocupado por su aspecto físico. El cabello, la vestimenta, la piel libre de granitos, las arrugas, los kilos “de más”, el bronceado… muchos son los consejos que mujeres, en mayor proporción, y hombres siguen para estar “más guapos”. En la actualidad este interés por la apariencia física ha aumentado notoriamente. Desde hace ya algunos años, la persona parece valer más por lo que tiene o por como se ve estéticamente que por lo que es. Cirugías estéticas, dietas, pastillas, hasta productos de venta televisiva son hoy diseñados para que la persona llegue a su objetivo: la figura perfecta, sin importar cualquier tipo de consecuencias negativas o riegos que puedan ocasionar a su salud.

Pero ¿de dónde proviene esa idea de perfección? ¿Qué implicaciones tiene seguir ese modelo? ¿Qué consecuencia tiene en las personas?
El hombre siempre ha ido creando estereotipos, si bien se fueron modificando con el tiempo dependiendo de la cultura de las sociedades de cada época, responden a la necesidad de generar modelos consensuados por la sociedad, que las personas aceptan y tienden a seguir, que sirve como canon para categorizar a individuos de acuerdo con sus apariencias, comportamientos y costumbres.(buenastareas.com)

El aspecto exterior desempeña un papel importante para fijar y mantener una imagen de nosotros mismos y tiene un peso considerable de cara a la autoestima y al sentimiento de seguridad en uno mismo. Esto es especialmente cierto en el caso de los adolescentes y los individuos caracterizados por una personalidad inestable, para los que la imagen del yo está ligada esencialmente al modo en que los demás reaccionan con respecto a ellos.


Rosie Huntington-Whiteley
El siglo XX ha sido el siglo del cuerpo. Una nueva industria ha tomado las riendas del cuerpo femenino: la industria de la moda, la belleza y la cosmética. Nunca en la historia se habían dado tantas facilidades para ser bella (RIVIÊRE, M. 2000:70): la belleza parecía haberse democratizado y, en esta euforia, las mujeres no se dieron cuenta de que aparecía un nuevo tipo de esclavitud, la del culto al cuerpo, la del ideal utópico de las revistas. Las consecuencias perversas de esa bienintencionada operación fueron que, por primera vez en la historia, la moda, ese juego inventado para embellecer a las personas, mata a través de enfermedades como la anorexia o la bulimia.                                                                                 

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