¿De dónde viene la belleza (2ª Parte)?

EDAD MEDIA

La belleza empieza a depender de la intervención de Dios como consecuencia del auge del cristianismo. De modo que, si se consideraba bello algo, es porque había sido una creación divina. La belleza material era externa, física o sensible y es una cualidad que se marchita con el tiempo, al contrario que la belleza espiritual no se marchita con el tiempo, sino que permanece en el interior de las personas, algunas de estas cualidades son: la bondad, el amor, la simpatía, etc. La fe y la moralidad cristianas impusieron un recato en las vestimentas y la práctica desaparición del maquillaje, que se consideraba contrario a la moral cristiana en cuanto que desfiguraba lo que Dios había creado, lo que contrasta con el uso de maquillajes excesivos utilizados en épocas anteriores como la egipcia.La mujer medieval muestra blancura en la piel, cabellera rubia y larga pese a que el pelo suele estar recogido, rostro ovalado, ojos pequeños pero vivos y risueños, nariz pequeña y aguda, labios pequeños y rosados, torso delgado de complexión ósea como corresponde a las nórdicas (caderas estrechas, senos pequeños y firmes, y manos blancas y delgadas). La blancura de la piel era un símbolo de belleza muy importante ya que era un indicador de la pureza de la mujer y al mismo tiempo un símbolo de la procedencia del norte de Europa.En cuanto a los hombres, eran representados como caballeros guerreros del mismo estilo que los que nos encontramos en las novelas románticas: Pelo largo un indicador de fuerza, virilidad y libertad, que llevaban los pueblos del norte de Europa para desafiar a sus reyes. La descripción responde a la de un caballero con armadura, alto y delgado, fuerte y vigoroso, esbelto; pecho y hombros anchos para aguantar la armadura; piernas largas y rectas como señal de elegancia y porte; manos grandes y generosas como símbolo de habilidad con la espada y de masculinidad. 

EDAD MODERNA Renacimiento: Siglos XV-XVI



Durante el Renacimiento canon de belleza era muy semejante al del mundo clásico, donde tenía su principal fuente de inspiración estética, de este modo se basaba sobre todo en la armonía y en la proporción.

Dentro de las producciones artísticas, han quedado como emblemáticas en la historia el David de Miguel Ángel como canon de belleza masculina y El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli en cuanto al femenino.

Dentro de las producciones artísticas, han quedado como emblemáticas en la historia el David de Miguel Ángel como canon de belleza masculina y El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli en cuanto al femenino.

La mujer perfecta tenía piel blanca, mejillas sonrosadas y labios rojos, cabello rubio y largo, frente despejada, ojos grandes y claros, hombros estrechos al igual que la cintura, caderas y estómagos redondeados, manos delgadas y pequeñas en señal de elegancia y delicadeza, los pies delgados y proporcionados y los dedos largos y finos, el cuello largo y delgado, seños pequeños, firmes y torneados. Era frecuente utilizar como maquillaje el colorete y el carmín para esos tonos rosas de la cara.Las características femeninas son bien conocidas: piel blanca, sonrosada en las mejillas, cabello rubio y largo, frente despejada, ojos grandes y claros; hombros estrechos, como la cintura; caderas y estómagos redondeados; manos delgadas y pequeñas en señal de elegancia y delicadeza; los pies delgados y proporcionados; dedos largos y finos; cuello largo y delgado; cadera levemente marcada; senos pequeños, firmes y torneados; labios y mejillas rojos o sonrosados.

En la época tan solo usaban maquillaje como el colorete y el carmín para esos tonos rosas de la cara. Aunque donde si encontramos diferencias con épocas anteriores es en el vestido ya que es bastante ostentoso. A pesar de eso a los renacentistas, en su afán por mostrar la perfección corporal, les gustaba mostrar la desnudez de los cuerpos en muchas de sus obras.En cuanto al ideal de belleza masculino todo el mundo tiene en mente, la fabulosa escultura del David de Miguel Ángel, tan sólo se le podría añadir como otras características los cabellos largos y relucientes, las cejas pobladas y marcadas, una mandíbula fuerte y unos pectorales anchos. Este canon esta aplicado por lo general a figuras jóvenes. 


El Barroco: Siglos XVII – XVIII

La época del Barroco estuvo caracterizada por se la edad de la apariencia y la coquetería. Las cortes europeas enfatizaron su poder mediante el arte de la apariencia y la fastuosidad.

La Ilustración del siglo XVIII puso fin a estos hechos e impuso la sobriedad en las formas, aunque a pesar de esto no abandonaron muchos de estos hábitos adquiridos. Un ejemplo de esto, es el uso de las pelucas tanto para los hombres, como para las mujeres.

Aunque lo que mas destaca de esta época el uso y abuso tanto de perfumes, carmines, lunares postizos o pintados y peinados muy pomposos, como el uso por prendas de vestir como corsés muy ceñidos al cuerpo, encajes, ropas suntuosas, zapatos de tacón, y espejos y joyas. En definitiva se puede clasificar a este periodo como la época del abuso de la coquetería y la pomposidad al fin y al cabo. Los barrocos, pues, heredan por un lado el ideal femenino del Renacimiento, pero, por otro, lo complican y lo teatralizan. Los poetas se dedican a criticar en poemas satíricos el exceso de maquillaje y la preocupación de las mujeres por aparentar juventud. Los hombres hacían lo mismo (adornarse y maquillarse).

No en vano, nació la palabra "maquillaje" y se extendió por varias lenguas, en muchas ocasiones era un sinónimo de truco y engaño. Por lo que puede clasificarse el ideal de belleza femenino, como bastante artificial.

En esta obra podemos observar el ideal de belleza, se trata de "Las tres gracias", de Rubens.
En esta época Italia pasa a se el referente artístico de todo el continente ya que todas las artes reflejaron este canon de belleza del mismo modo.

No podríamos hablar de la belleza renacentista sin dedicar un breve espacio a Leonardo da Vinci quien dedicó buena parte de su Tratado de pintura a expresar las proporciones más armónicas entre todas las partes del cuerpo con el hombre de Vitruvio. En él, el ombligo era el punto central natural del cuerpo humano y el centro de la circunferencia y del cuadrado en el que se inscribe el cuerpo del hombre extendido. En este dibujo Leonardo Da Vinci representa las proporciones que podían establecerse en el cuerpo humano, la proporción áurea que viene representada por el número 1’618. Esta proporción refleja la máxima belleza y perfección, es decir la belleza divina. Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo y lo más importante era vincular lo que descubría en el interior del cuerpo humano con lo que observaba en la naturaleza.

En cuanto al aspecto físico, se pueden adivinar bajo los ropajes unos cuerpos más rellenitos que en épocas anteriores, pechos más prominentes resaltados por el uso de los corsés, caderas anchas y cinturas estrechas, hombros estrechos y brazos redondeados y carnosos, la piel blanca sigue siendo un referente de belleza. De los hombres destaca mucho el pelo (muchas veces con peluca), la piel muy blanca y las mejillas rosadas y, por encima de todo, unos trajes suntuosos de infinitas capas.

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