¿De dónde viene la belleza? (3ª parte)


SIGLO XIX

Mujer del Romanticismo
La idea del arte por el arte surgida en el siglo XIX, surge de una serie de acontecimientos históricos que van marcando las transformaciones artísticas y el concepto de belleza, nos sumerge en la realidad humana, en lo cotidiano, en los vicios, no hay un tema bello, todo el arte es bello. El Romanticismo supuso un auténtico culto a la irracionalidad, al sueño, al sentimiento. Con los impresionistas pasamos a considerar bello la impresión que nos producen las cosas y su plasmación en el arte como un embeleso artístico. Nietzsche ve en el espíritu radical y subversivo del arte moderno el modelo para una auténtica emancipación del individuo. El Romanticismo, según Eco, destacaba por la falta de ideales de belleza estética, era el periodo enmarcado por los ideales de política.La belleza de la mujer en este siglo pasa por diferentes etapas, durante el Romanticismo la mujer comienza a liberarse del corsé y el enmarañamiento. El uso de los corsés era frecuente para estrechar al máximo la cintura y realzar el busto y las caderas. Estos apretados elementos dejaban sin aliento a muchas mujeres, provocando desmayos o incluso la muerte por la deformación del tórax, que acaba estrujando los órganos vitales. El modelo de mujer ideal sería cualquier mujer con un corsé bien apretado.
La limpieza, a principios del siglo XIX, se transforma en una cualidad que distingue a la burguesía del proletariado, y es símbolo de belleza. El hábito debañarse se impone a medida que se construyen los cuartos de aseo en las viviendas. Como regla, los pies deben lavarse cada ocho días; los cabellos, cada dos meses, y los dientes, una vez por semana.Durante el Realismo, la mujer es libre y sensual, emancipada, muestra su cuerpo y se insinúa con adornos que son funcionales, figuras femeninas estilizadas, bellas y jóvenes. Se representa la realidad libremente, sin tapujos de una forma espontánea y rápida.
Prototipo realista

SIGLO XX

A finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX se suceden diferentes movimientos en el arte y su concepto de belleza. La belleza colorista y exuberante del Art Nouveau es sustituida por una belleza funcional del Art Déco y ésta se influenciará por las diferentes vanguardias que van surgiendo, fauvismo, cubismo, futurismo, que violan todos los cánones de belleza conocidos y pretenden enseñar a interpretar el mundo, hasta llegar al concepto de que lo bello es lo funcional, el objeto ha de ser útil, práctico, funcional, provechoso, barato, de gusto común y producido en serie, hacen que el concepto de belleza se base en la funcionalidad del objeto bello. 
Principios del siglo XX  En la primera década del siglo XX el ideal de belleza de la mujer era representado por "la Chica Gibson". Las mujeres bellas debían ser de pecho erguido, caderas anchas y nalgas sobresalientes, además de sumisas y obedientes. Poco después nació la mujer con forma de “S”, las que ajustaron la falda para resaltar la figura, los peinados se subieron sobre la cabeza y los sombreros se adornaban con plumas. Para este momento las mujeres comienzan a crear un nuevo ideal de mujer. La nueva
Chica Gibson
imagen era la de una mujer trabajadora, que luchaba por obtener el derecho a voto y que se inmiscuía en los asuntos que hasta entonces eran privilegio de los hombres, poco a poco se va haciendo menos inocente, es más audaz y desinhibida, incluso se hace un poco más mala. Esta nueva tendencia era representada por vestidos que se alejaron gradualmente del decorado haciendo mucho más simple su confección. En esta época, la mujer encuentra dos modelos a seguir, cada uno con sus pros y sus contras. Por una parte se encuentra la glamorosa mujer sensual, desinhibida y dueña de sí misma, que no necesita de los hombres para desenvolverse en el mundo, y de la cual éstos se van a enamorar. Por otra parte, se encuentra una inocente, tímida, buena y, no muy agraciada. En esta época, el modelo masculino es más marcado, fuerte, seguro de sí mismo, pero de rasgos agraciados y hermosos.
La expansión de las revistas femeninas cambia la forma de mirar el cuerpo. La mujer de la primera mitad de siglo XX lucha por sus derechos cívicos y políticos. Dejan de importarle los cánones de belleza que dictan los hombres. La figura femenina tiene como ideal un vientre plano, pechos pequeños y hombros masculinos. Un cuerpo andrógino y ambiguo. A principios del siglo XX, los salones de belleza son visitados por miles de mujeres, y la dolorosa depilación de las axilas con la llama de una vela se sustituye por el afeitado. Coco Chanel fue la precursora de las pieles bronceadas al abandonar la sombrilla y crear trajes de baño que dejaban ver las piernas. En 1925 las mujeres comienzan a disfrutar de los beneficios del sol. Se ponen de moda las pieles cobrizas. En 1930, se imponen las uñas pintadas.
 Década de los 30-40  El rol femenino cobró aún más protagonismo, la mujer tradicional había ido acercándose cada vez más a la vampiresa, sin embargo, aquí nos encontramos con una mujer que no sería amada, sino que idolatrada e incluso temida por los hombre, los que mansos y sumisos se deberían arrodillar y sacrificar en la adoración de la diosa. Es sin duda, la manifestación del ideal onírico de los hombres de esa época, una suerte de amor masoquista por una mujer inalcanzable.Los modelos de ésta época, salvo excepciones no son mujeres hermosas físicamente. El cuerpo desnudo de la mujer era un tesoro por descubrir, que debía exponerse en la intimidad. El modelo femenino recatado, puro, virgen y bondadoso continúa presente. El modelo masculino de este momento es tahúr, vividor, aventurero, hombre macho recio,
Mujer de los 40
no agraciado físicamente. En este período el punto erótico cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por destacados escotes y que provocaba más de una pasión en el ámbito masculino. En este momento la mujer estaba envuelta en un halo de encanto, sensualidad y misterio. Los hombres perecían frente a esta belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida y la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas.
 
Década de los 50-60  En estos años los hombres rudos empiezan a extinguirse a favor de hombres estéticamente más bellos. En cuanto al rol de la mujer, en esta década se siente una fuerte atracción erótica por diosas del amor más grandes por un lado y más pequeñas y reales por otro. Las amazonas y las infantiles respectivamente.
Marilyn Monroe

En el primer caso, las más grandes y representativas de todas las amazonas fue Marilyn Monroe. Se trataba de mujeres seductoras y exuberantes corporalmente.Por otra parte, lo contrario también era verdad, una nueva exótica atracción de la figura aniñada, la diosa del amor más pequeña que las reales. Hayley Mills en "Tigre bay", Tuesday Weld, Susan Strassberg. Se trataba de niñas o mujeres muy jóvenes de cuerpos extremadamente delgados, algunas llegando incluso a la anorexia, que habían tenido un desarrollo precoz de sus físicos, pero seguían siendo unas niñas.De estos dos modelos femeninos tan opuestos, surgen similitudes extraordinarias donde muestran que el rol femenino está sexualizado en su inocencia.En resumen, la belleza física exigida para las mujeres, el ideal de belleza femenino, es en el caso de las amazonas, el de mujeres de gran volumen y proporcionadas, bastante más rellenas que las actuales. El otro ideal de belleza, el de la niña con cuerpo de mujer era menos aceptado y publicitado socialmente debido a sus connotaciones pedofílicas.
Finales del siglo XX  Durante los 70, físicamente los hombres y las mujeres, como ideales de belleza adelgazan y se vuelven estilizados y bonitos. En esta década surgen dos modelos masculinos con evidentes diferencias, uno un tanto feminizado y unisex, resabio de fines de los sesenta (tipo: Timothy Bottoms o Ryan O`Neill). Por otro lado, se observa hombre macho con patillas, bigotes, cadenas de oro, pelo en pecho y demás elementos. Los primeros, enamoraban a las mujeres con su manera de ser y su femenina humanidad,
Timothy Bottoms
eran lo que las mujeres andaban buscando. Los segundos eran unos rompecorazones que conquistaban a las mujeres.
En el caso del modelo femenino, las mujeres, todas adolescentementes desprovistas de grandes atributos físicos, eran inocentes, pero que sin embargo intentaban ayudar activamente a sus compañeros a alcanzar sus corazones. Se trataba de mujeres que empezaban a asistir a las universidades y a acceder a puestos laborales cada vez más prestigiosos.
 Durante los 80 y los 90, existen dos alternativas de hombres exitosos: el que triunfa entre los varones y el que lo hace con las mujeres. En el primer caso se trata de varones que pueden hacerlo todo exitosamente, en ellos el look masculino cambia rotundamente, es el turno de los musculosos y de pocas palabras, los Stallone y Schwarzenegger (muchos querían ser “Rambo” o “Terminator”). En el segundo caso, resaltan las varoniles actitudes de los galanes tipo Michael Douglas y Mickey Rourke, quién logró imponer su barba de tres días como la imagen del hombre de los 80.En el caso de las mujeres, éstas mantienen una muy delgada línea pero con más pechos que en la década anterior. Sin embargo, el mayor requisito de su belleza femenina es el color de pelo: deben ser rubias. El rol femenino va logrando una mayor preponderancia en las pantallas, si en la década anterior muchas eran universitarias, en los 80 se trata de mujeres profesionales que no tienen tiempo para el romance.

SIGLO XXI

Actualmente, los modelos masculinos y femeninos lucen cuerpos huesudos. La nueva generación comprende de modelos esqueléticas (empujadas por las grandes firmas y diseñadores de moda) y ha plantado un canon de belleza femenina demencial e insano. Se comienza a hablar de bulimia y anorexia, trastornos alimenticios fruto, en cierto modo, del canon de belleza casi imposible y reinante y que muchas mujeres pretenden alcanzar. La delgadez extrema ha llegado. Todos estos trastornos comparten varios síntomas en común, desear una imagen corporal perfecta y distorsionar la realidad frente al espejo. Esto ocurre porque en las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de las sociedades desarrolladas. Es una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e incluso salud. Es abrumador el número de personas que desearían estar en el "cuerpo de otro". Los medios de comunicación transmiten constantemente modelos de perfección y belleza y la sociedad se siente en la obligación de tener cuerpos perfectos sacrificando su salud y llegando hasta las últimas consecuencias en sus conductas inadecuadas.
Pasarela en Milán (Italia)


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